Afrontar las decisiones sobre mi futuro.

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Tomar decisiones importantes sobre el futuro nunca es fácil, especialmente cuando no tienes claro cuál es tu verdadera pasión. Así me sentía al terminar el bachillerato: perdida, sin un rumbo definido. Me gustaba pintar y dibujar, pero no me veía siguiendo el camino tradicional de las Bellas Artes, y las opciones que conocía relacionadas con el arte me resultaban limitadas, lo que me generaba aún más incertidumbre.

En ese momento, algunos amigos decidieron estudiar moda, y me pareció una opción interesante. Aunque no estaba completamente segura, la idea de seguir un camino creativo me resultaba atractiva, aun cuando no tenía claro si eso podría convertirse en una carrera profesional. Me inscribí en moda casi sin pensarlo mucho, esperando que fuera una forma de canalizar mi lado artístico sin la presión de convertirme en una «artista» en el sentido más estricto de la palabra.

A lo largo de la carrera, hubo partes que disfruté, como la estética, la creación de conceptos y la combinación de colores, formas y texturas. Ver cómo una idea abstracta se transformaba en algo tangible era un proceso fascinante. Sin embargo, con el tiempo me di cuenta de que no era lo que me apasionaba profundamente. Terminé la carrera, pero sentía una desconexión con lo que estaba haciendo, como si aún no hubiera encontrado mi verdadero lugar.

Lo que sí me cautivaba era la comunicación dentro de la moda. Me intrigaba cómo las marcas construyen su identidad visual y comunican su historia a través de imágenes. Esa era la parte que realmente me emocionaba: cómo transmitir un mensaje, cómo el diseño influía en la percepción de una marca o un producto. Aunque no tenía del todo claro hacia dónde encaminarme, sentía que allí había algo que realmente me motivaba y que debía explorar.

Después de un año de haber terminado la carrera de moda, empecé a reconsiderar mis opciones. Sabía que quería mantenerme en el ámbito creativo, pero con un enfoque distinto. Fue durante esta búsqueda que descubrí el diseño gráfico, y todo cobró sentido. Me di cuenta de que en el diseño gráfico podía unir mis dos grandes pasiones: la creatividad visual y la comunicación. Además, era una disciplina mucho más versátil, que me permitía trabajar en sectores muy diversos, no solo en moda.

Decidí entonces comenzar la carrera de diseño gráfico, y esta vez lo hice con una sensación de claridad y convicción. El diseño gráfico me ofrecía una manera más estructurada y completa de expresarme, además de las herramientas necesarias para comunicar ideas, conceptos y emociones a través de las imágenes, algo que siempre me había interesado.

Ahora, estoy en mi último año de la carrera de diseño gráfico, y la sensación es completamente diferente. He aprendido mucho en estos años, tanto en lo técnico como en lo creativo, y he tenido la oportunidad de explorar diversas facetas del diseño que me motivan cada día. Finalmente, siento que he encontrado lo que realmente me apasiona y, por primera vez, puedo visualizar un futuro claro en lo que hago.

Además, mientras estudio, tengo la oportunidad de hacer un voluntariado que ha sido una experiencia muy gratificante. Actualmente, me encargo del diseño de marca para una aplicación en desarrollo, y este proyecto me ha dado una gran satisfacción tanto personal como profesional. Me ha permitido aplicar todo lo que he aprendido, colaborar en equipo y, lo más emocionante, ver cómo mis diseños contribuyen a construir la identidad visual de un proyecto que está tomando forma.

Este voluntariado ha sido clave para reafirmar mi decisión de haber elegido el diseño gráfico como mi camino. Me ha mostrado que el diseño es mucho más que simplemente crear algo estéticamente atractivo: es una poderosa herramienta para comunicar, conectar con las personas y darle vida a ideas que pueden tener un impacto real.

Ahora, con la carrera de diseño gráfico casi terminada, y después de un camino que no siempre fue claro, finalmente he descubierto lo que realmente me gusta. Sé que todavía hay mucho por aprender y que los retos no han terminado, pero me entusiasma lo que viene. Por primera vez en mucho tiempo, tengo la certeza de que estoy en el camino correcto, impulsada por una pasión que me guía hacia adelante.

Texto: Judith. Diseñadora gráfica. Voluntaria en Inspiranza.

Imagen: Emma. Diseñadora gráfica. Voluntaria en Inspiranza.

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