Animadora

Hola. Soy Reyes, voluntaria en Inspiranza. Y hoy quiero hablarte de mi experiencia trabajando con niños y niñas.

Ser animadora en el Oratorio Don Bosco durante los últimos ocho años ha sido una experiencia que ha marcado mi vida de manera profunda. No solo me ha permitido descubrir una vocación que llena mi corazón de alegría, sino que también me ha brindado la oportunidad de aprender y crecer junto a los niños y niñas con los que comparto mis días.

Mi rol va más allá de la simple animación, también soy vicepresidenta del Oratorio. Me considero una guía y una compañera de juego. A través de las diversas actividades que organizamos, como manualidades, gymkanas, excursiones, talleres y momentos libres, busco crear un espacio donde los niños puedan explorar su creatividad, desarrollar sus habilidades…

Recientemente, he incorporado a mi experiencia la labor de educadora en una granja escuela. Allí, tengo la oportunidad de acercar a los niños a la naturaleza, enseñándoles sobre el huerto, los animales y la importancia del cuidado del medio ambiente. Es maravilloso ver cómo descubren la naturaleza y aprenden cosas nuevas fuera del colegio.

Enseñar sin ser profesora

Si bien no tengo la formación académica de una profesora, considero que la enseñanza es una parte fundamental de mi labor como animadora. A través de las actividades que organizo y de la interacción diaria con los niños, busco transmitirles valores importantes como la solidaridad, el respeto, la responsabilidad…

Una de las cosas que más me apasiona de mi trabajo es la posibilidad de planificar y crear actividades nuevas y creativas que motiven a los niños y les permitan aprender de manera lúdica y divertida. Ver cómo disfrutan de las actividades que organizo y cómo aprenden es muy gratificante.

No siempre salen las cosas como una quiere, pues hay días que organizo una actividad y no les llama la atención a los niños o no les gusta, pero si no les gusta esa actividad saco otros recursos para que se lo pasen bien.

Un viaje de crecimiento mutuo

Trabajar con niños me ha enseñado mucho sobre la vida, la paciencia, la empatía y la importancia de la comunicación. Cada día es una oportunidad para aprender y crecer junto a ellos.

Más allá de la relación con los niños, mi experiencia como animadora ha estado enriquecida por la convivencia con mis compañeros. Juntos formamos un equipo unido por la pasión por el trabajo con los más pequeños y por el compromiso de crear un espacio donde ellos puedan desarrollarse plenamente.

Uno de los momentos más emocionantes es cuando nos reunimos para programar el año. Juntos, ponemos
sobre la mesa nuestras ideas, sueños y proyectos para el próximo curso. Es un proceso creativo y colaborativo donde cada uno aporta su granito de arena para crear un programa de actividades completo, atractivo y significativo para los niños.

Mis compañeros animadores no solo son compañeros, sino también amigos. Siempre están ahí para apoyarme, animarme y darme consejos cuando los necesito.

Esta vocación me enseña algo cada día, me motiva el ir allí, si tengo un mal día se me olvida, me despejo. Me siento muy feliz y llena de entusiasmo estando ahí.
Sigo comprometida con mi labor de animadora, con la ilusión de seguir contagiando alegría, ilusión y conocimiento a los niños que forman parte de mi vida.

Sé que el camino por delante estará lleno de nuevos retos y oportunidades, pero estoy segura de que, con la pasión y el equipo que me acompaña, seguiremos creando un espacio mágico donde los niños puedan soñar, aprender y crecer felices.

Publicaciones Similares

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *