Cerramos este ciclo dedicado a habilidades que nos abren puertas hablando de la importancia de tener una buena red de contactos profesional.
Conocer a las personas correctas y establecer relaciones auténticas puede cambiar tu camino profesional y personal. Ana, recién graduada en diseño gráfico, lo comprobó. Asistió a un evento del sector sin muchas expectativas, pero decidió escuchar a cada persona y compartir experiencias de manera genuina. Con el tiempo, esas conversaciones se transformaron en proyectos colaborativos, mentorías y oportunidades de trabajo que no habría encontrado de otra forma. En un mundo donde las conexiones importan tanto como las habilidades técnicas, esta es la séptima llave de nuestro reto, capaz de abrir puertas que antes parecían cerradas.
¿Qué significa tener una red de contactos?
Consiste en crear y fortalecer relaciones auténticas con otras personas. Implica escuchar con atención, aprender de quienes te rodean y ofrecer apoyo cuando puedes. En lugar de solo hablar de ti, se trata de interesarte en los demás y establecer vínculos de confianza. Por ejemplo, en un taller profesional, no basta con contar tu experiencia. Es importante fijarse en lo que los demás comparten, encontrar intereses en común y pensar en cómo puedes aportar. Las relaciones bien construidas te ayudan a aprender, recibir apoyo y descubrir oportunidades que de otra manera no aparecerían.
Las ventajas de mantener una buena red de contactos
Trabajar en tu red de contactos Te ayuda a:
• Acceder a oportunidades laborales y de aprendizaje. Muchas personas encuentran empleos, proyectos o becas gracias a recomendaciones de alguien de su red.
• Construir amistades y alianzas duraderas. Una red sólida aporta apoyo, consejos y motivación.
• Ganar confianza y mejorar habilidades sociales. Cada conversación que manejas con respeto y atención fortalece tu capacidad de comunicarte y relacionarte.
• Estar preparado para lo inesperado. Un contacto puede convertirse en mentor, socio o colaborador justo cuando lo necesitas.
Consejos prácticos para crear tu red de contactos
• Escucha atentamente y presta interés en lo que la otra persona comparte: Si alguien te cuenta un proyecto, una dificultad o una idea, presta atención y haz preguntas que demuestren que realmente escuchas. Por ejemplo, en un encuentro de voluntariado, Pedro escuchó a una compañera hablar sobre su experiencia organizando talleres para jóvenes. Después, le preguntó cómo resolvía ciertos problemas y compartió su visión sobre cómo mejorar la actividad. Esa conversación se convirtió en un proyecto conjunto que los benefició a ambos.
• Comparte tus experiencias de manera sincera y cercana: Hablar de tus vivencias permite que los demás te conozcan y conecten contigo. María, se acaba de graduar y asistió a una reunión de emprendedores donde contó cómo había superado la falta de recursos para desarrollar su primer proyecto. Su sinceridad generó interés y varias personas se ofrecieron a apoyarla con ideas, contactos y recursos, creando nuevas oportunidades que no habría imaginado.
• Prioriza relaciones importantes antes que cantidad de contactos: No se trata de tener cientos de personas en tu agenda, sino de cuidar a quienes realmente suman y pueden intercambiar valor contigo. Luis, por ejemplo, decidió centrarse en tres compañeros de su sector con los que compartía intereses profesionales. Pasaron tiempo aprendiendo juntos y colaborando en proyectos. Esas pocas relaciones sólidas le abrieron más puertas que decenas de contactos superficiales.
• Aporta ayuda y apoyo cuando puedas, sin esperar nada a cambio: Dar primero construye confianza y fortalece las relaciones. Carla, diseñadora gráfica, ayudó a un compañero a preparar su portafolio sin esperar compensación. Meses después, ese mismo compañero la recomendó para un proyecto importante en otra ciudad. La generosidad de inicio se convirtió en una oportunidad concreta.
• Mantén el contacto con gestos sencillos, como mensajes o pequeños encuentros: Un simple “hola, ¿cómo va tu proyecto?” o invitar a tomar un café puede mantener viva la relación. Tomás, por ejemplo, enviaba un mensaje corto a sus antiguos compañeros de curso cada cierto tiempo para preguntarles sobre sus avances. Gracias a esos gestos simples, se mantuvo presente en sus redes y recibió invitaciones para colaborar en iniciativas laborales y comunitarias.
Ya tienes las 7 llaves para abrir las puertas de tu desarrollo profesional. Aquí te hemos dejado consejos y claves para poner en práctica estas habilidades fundamentales. ¡Ahora te toca a ti!
Texto: Lara. Creadora de contenido. Voluntaria en Inspiranza.
Imagen: Marina. Diseñadora gráfica. Voluntaria en Inspiranza.
