Está claro que nuestro peor crítico somos nosotros mismos. Este pensamiento está muy normalizado hoy en día. ¿Quién no se juzga o se habla mal de vez en cuando? Es cierto que no siempre vamos a pensar de forma positiva y alegre, pero hay una diferencia importante entre tener un pensamiento negativo de vez en cuando y otra es convertirlo en un diálogo interno negativo constante.
Se dice que las personas podemos tener una media de 60.000 pensamientos al día, de los cuales la mayoría son automáticos y repetitivos. Además, un porcentaje muy alto de ellos son negativos. La influencia de estos pensamientos puede ocasionarnos secuelas en nuestro día a día.
La psicología define como diálogo interno a aquellas conversaciones que tenemos con nosotros mismos en nuestro interior. Estas conversaciones influyen profundamente en nuestras acciones y emociones. Lo que nos decimos y repetimos en nuestra mente puede condicionar nuestra forma de ver el mundo y relacionarnos con él.
Este diálogo puede ser positivo o negativo. En caso de que nuestro diálogo interno sea negativo, este puede distorsionar nuestra interpretación de la realidad, haciéndonos sentir mal y provocando conductas poco eficaces ante los desafíos cotidianos. Ese runrún constante puede condicionar mucho nuestra vida, tanto que nos impida disfrutarla, alterar nuestra conducta y hacernos sentir mal.
En cambio, si tenemos un pensamiento positivo, esperanzador y alegre, percibiremos el mundo como un lugar seguro, lleno de oportunidades, en el que podremos crecer y relacionarnos sanamente con los demás.
Es importante tener en cuenta que nuestra voz mental tiende a recordarnos nuestras debilidades, exagera las amenazas e, incluso, nos atribuye fallos de los que en realidad no fuimos responsables o no cometimos.
Ante una misma situación, las personas se comportan de manera distinta, en parte por lo que son capaces de decirse a sí mismas. Ante una situación que nos genera ansiedad, no es lo mismo decirse “no voy a poder”, “voy a perder el control”, “no seré capaz”… que decirse “venga, ya lo has hecho otras veces, esta vez también podrás”, “no es tan grave, el miedo pasará”, “es normal tener miedo, es desagradable, pero acaba”, o “voy a aprovechar esta ocasión para afrontarlo”. Es importante perder el miedo a tener miedo.
Cuando anticipamos sucesos, es fundamental lo que nos decimos a nosotros mismos. Si anticipamos únicamente las dificultades y no las contrarrestamos con un diálogo interno positivo, lo más probable es que la ansiedad nos supere.
Esto también es muy relevante para la gestión del estrés. La relación entre nuestros pensamientos y nuestras emociones es muy fuerte: si tenemos pensamientos negativos, sentiremos emociones negativas. Como nuestras emociones impulsan nuestro comportamiento, los pensamientos exagerados sobre una situación pueden desencadenar reacciones emocionales igual de intensas y, como consecuencia, comportamientos inadecuados.
CONSEJOS PARA FRENAR EL DIÁLOGO INTERNO NEGATIVO:
Escucha la voz de tu interior: Ignorar lo negativo no basta para evitar el malestar. Empieza a prestar atención a lo que te dices a lo largo del día. Si quieres, puedes anotarlo en un cuaderno para comprender mejor cómo un diálogo interno negativo puede llegar a afectar tus emociones.
Piensa un hecho positivo: Si te estás diciendo algo negativo de ti mismo, en lugar de tratar de luchar contra el pensamiento, reconócelo. Luego, enfócate en otros hechos positivos que también sean ciertos. Por ejemplo: “Sí, puede que haya cometido un error, pero puedo aprender de ello para hacer cambios la próxima vez”.
Integra frases positivas en tu día a día: Un pensamiento negativo típico puede ser: “Si algo sale mal, voy a estresarme mucho”. En su lugar, podrías decir: “Si se presenta un problema, lo tomaré con calma y lo resolveré”.
Trabaja en tu autoestima: Tu diálogo interno tiene mucho que ver con tu autoestima. Las personas que se dirigen críticas destructivas, suelen tener una mala percepción de sí mismos. Una estrategia útil es tener una visión más amable de tu persona. Recuerda que, así como tienes debilidades, también tienes virtudes que te han ayudado a crecer a lo largo de tu vida.
Enfócate en el presente: Las personas tendemos a preocuparnos en exceso por el futuro o a pensar demasiado en el pasado. Es importante tener en mente que no se puede cambiar el pasado y el futuro todavía no ha llegado. No sirve de nada gastar energía en un problema que aún no existe, o en algo que ya no se puede modificar. En cambio, si abordas las situaciones según se presentan, podrás enfrentarlas mejor. Enfócate en el presente. Aquí puedes encontrar algunas ideas de hábitos que te ayudarán a enfocarte en el presente.
Haz declaraciones de poder: Son recordatorios que te ayudan a calmarte y mantenerte centrado. Por ejemplo, “Puedes manejar esto”. Puedes colocarlas en notas adhesivas en el espejo, usarlas como fondo de pantalla en tu teléfono o programarlas como notificaciones que te lleguen un par de veces por semana.
Cuidar nuestro diálogo interno es una herramienta poderosa para transformar nuestra manera de vivir. Lo que nos decimos, influye en cómo nos sentimos, actuamos y enfrentamos nuestro día a día. Desarrollar un diálogo interno más positivo y constructivo puede llevar a una mejor autoestima, menor ansiedad y estrés, y una mayor satisfacción en la vida.
Texto: Alba. Estudiante de 2º de Bachillerato. Voluntaria en Inspiranza.
Imagen: Ana. Diseñadora gráfica. Voluntaria en Inspiranza.