namasté

Si alguna vez has participado en una clase de yoga, o conoces a alguien que practique, es probable que hayas escuchado la palabra Namasté al final de la sesión. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué significa realmente esta palabra y por qué es tan importante en Yoga?

Namasté es una palabra en sánscrito, un idioma antiguo de la India, que se usa como saludo. Literalmente, «namas» significa «reverencia» o «saludo» y «te» es una forma de «tú». Así que, cuando juntas las dos, Namasté se traduce aproximadamente como «me inclino ante ti». Esto sería lo más parecido a una traducción literal.

En un sentido más profundo y espiritual, Namasté significa «el espíritu divino en mí reconoce y honra al espíritu divino en ti». Es una forma de respetar la esencia de la otra persona, esa chispa divina que todos llevamos dentro. ¡Es como decir «Hola» pero con un sentido más profundo!

Namasté en la práctica de Yoga

Ahora que sabemos lo que significa Namasté, hablemos de cómo y por qué se usa en la práctica de Yoga. Si has estado en una clase, sabrás que Namasté se usa generalmente al final de la sesión. Pero, ¿por qué?

Al final de una clase de yoga, tanto el instructor como los alumnos se sientan en una posición cómoda, cierran los ojos y juntan las palmas de las manos frente al corazón. Este gesto se llama Anjali Mudra. El instructor dice Namasté y los alumnos responden de la misma manera.

Este pequeño ritual no es solo una forma de cerrar la clase. Es una manera de mostrar agradecimiento y respeto mutuo. El instructor agradece a los alumnos por su energía y participación, y los alumnos agradecen al instructor por compartir su conocimiento y guiarlos en la práctica. Y si en lugar de en una clase estás practicando a solas, igualmente honras muestras agradecimiento hacia ti mismo.

Decir Namasté también tiene un componente energético. Cuando juntamos las palmas de las manos y decimos Namasté, estamos alineando nuestro cuerpo y mente, creando un flujo de energía que conecta nuestro corazón con nuestra cabeza. Esta alineación ayuda a calmar la mente y centrarnos en el momento presente. Es como un pequeño recordatorio de que estamos todos juntos en este viaje espiritual, compartiendo la misma energía positiva.

Namasté en la vida diaria

¿Podemos usarlo fuera del ámbito del Yoga? Decíamos que era un saludo, así que puedes llevar este hermoso concepto a tu vida diaria de muchas maneras. 

En lugar de un simple «Hola» o «Buenos días», intenta saludar con Namasté. Puede sentirse un poco raro al principio, especialmente si la otra persona no está familiarizada con el término. Pero pronto te darás cuenta de que es una manera hermosa y respetuosa de reconocer a los demás. ¡Puede ser un excelente forma comenzar una conversación!

Si no te atreves a tanto, puedes usarlo en prácticas más personales.

Al final de cada día, tómate un momento para hacer una pausa, juntar las palmas de las manos frente al corazón y decir Namasté y agradecer por las cosas buenas del día. Este simple acto puede ayudarte a desarrollar una actitud de gratitud y a mantenerte conectado con tu esencia espiritual.

Cuando estés en medio de un conflicto o una discusión, detente un momento, toma una respiración profunda, y di mentalmente Namasté. Este acto puede ayudarte a recordar que, a pesar de las diferencias, ambos son seres dignos de respeto y comprensión. Esta perspectiva puede cambiar la dinámica de la situación y ayudarte a encontrar una solución más pacífica y armoniosa.

La idea que quiero transmitirte es que Namasté es mucho más que una simple palabra. Es un recordatorio constante de la divinidad en todos nosotros, una invitación a vivir con gratitud y respeto, y una herramienta para la conexión espiritual y la paz interior.

La próxima vez que estés en una clase de Yoga, o incluso en tu vida diaria, recuerda el poder y el significado de Namasté. Úsalo como un recordatorio para honrar y respetar a todos los seres, incluyendo a ti mismo. Porque, al final del día, todos somos una chispa de la misma divinidad, conectados en esta maravillosa experiencia llamada vida.

Así que, me despido con un profundo Namasté. Que el espíritu divino en mí reconozca y honre siempre al espíritu divino en ti. ¡Nos vemos en la próxima clase de Yoga o en el camino de la vida!

 

Texto: Rosa. Profesora de Yoga y Meditación. Voluntaria en Inspiranza.

Image: Dana. Diseñadora gráfica. Voluntaria en Inspiranza. 

 

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