Cuando piensas en Yoga seguro que lo primero que te viene a la cabeza es la práctica física, una serie de posturas, secuencias de ejercicios, combinados con la respiración.Esa parte fundamental es la que más se ha extendido en Occidente. En su origen, las posturas es uno de los 8 pasos del Yoga que se definen en el libro fundacional de esta disciplina, los Yoga Sutra, de Patanjali. ¿Quieres saber cuáles son?
LOS 8 PASOS DEL YOGA
Los Yoga Sutra de Patanjali es la obra en la que se basan los diferentes estilos de Yoga que han llegado hasta nuestros días. Se data en torno al siglo III de nuestra era y en estos textos se define los diferentes aspectos de la práctica de Yoga. Varios siglos después, uno de los maestros más reconocidos y que más popularizó el Yoga en Occidente, B. K. S. Iyengar, los explicó en su libro El árbol del Yoga. De hecho, desde entonces, se suele usar esta metáfora de un árbol para ilustrar los 8 pasos del yoga.
Yamas
Las raíces del árbol son los Yamas, y tienen que ver con cómo nos comportamos con el mundo exterior: hábitos y conductas de nuestra vida respecto a los demás.
- Ahimsa: Se traduce como no violencia. No lastimar ni ejercer ningún tipo de violencia, física o verbal o de pensamiento.
- Satya: No mentir. Hace referencia a la honestidad.
- Asteya: No robar. En un sentido muy amplio, no solo tiene que ver con robar cosas materiales, sino también robar la atención de los demás para alimentar tu ego.
- Bramacharya: No desperdiciar la energía, sobre todo en relaciones superficiales o que nos resultan tóxicas.
- Aparigraha: No apego. Cultivar el desapego tiene que ver con que tu felicidad o tu estado de ánimo no dependa de cuestiones externas, sean objetos o personas.
Niyamas
Dan forma al tronco del árbol y son preceptos que tienen que ver con nuestro comportamiento hacia nosotros mismos.
- Shauca: Podemos interpretarlo como limpieza y se puede aplicar a nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro mundo interior, nuestras palabras…
- Santosha: Tiene que ver con sentirnos satisfechos con nuestra vida. Disfrutar de lo que tenemos en este momento.
- Tapas: Disciplina y fuerza de voluntad. Podemos poner esta disciplina al servicio de hábitos saludables que nos hagan mejorar en nuestro camino, que nos hagan conseguir nuestro propósito.
- Svadyaya: Autoconocimiento y estudio. Acercarnos a textos, autores o disciplinas que nos ayuden a crecer como individuos y conocernos mejor.
- Ishvara-pranidhana: Culto a lo divino, a algo que es superior al ser. Puede interpretarse como Dios desde un punto de vista sagrado, o como una fuerza superior, el universo, el poder de la historia de nuestros ancestros…
Asana
Asana es la parte física del Yoga, lo que conocemos como las posturas, el trabajo que se realiza con el cuerpo. Conforman las ramas de nuestro árbol. El ejercicio físico nos hace ganar fuerza, flexibilidad, equilibrio y concentración. Nos enfrenta a nuestros límites y nos da la oportunidad de poner en práctica lo aprendido en los Yamas y Niyamas cuando estamos en la esterilla: tratarnos sin violencia, ser honestos con nuestro cuerpo, cultivar la fuerza de voluntad o la sed de autoconocimiento, por ejemplo.
En el planteamiento de Patanjali de los 8 pasos del Yoga, Asana es una forma de preparar el cuerpo para la meditación ya que es la manera más directa de enfocarnos en el momento presente.
Pranayama
Son prácticas de respiración que tienen la intención de activar nuestro ‘prana’, o energía vital. La respiración es un factor fundamental en Yoga. Nos hace tomar consciencia de cómo está nuestro cuerpo y nuestra mente. Hay muchas técnicas de pranayama, unas más orientadas a buscar la calma, otras a activar el cuerpo y llenarnos de energía.
La práctica de ejercicios de respiración nos ayuda a mejorar nuestra capacidad pulmonar, a relajarnos en momentos de estrés o a encontrar la concentración cuando hay mucho ruido mental.
Pratyahara
Los pasos que vienen a continuación están directamente relacionados con la práctica de la meditación. Pratyahara propone abstraernos de los estímulos que recibimos a través de los sentidos. No dejarnos llevar por los sonidos del ambiente, los olores, las sensaciones en la piel… En definitiva, desconectar de todo lo que pasa fuera de nosotros para conectar con lo que pasa dentro.
Dharana
Llevar tu concentración a un punto. Un paso más en la práctica de la meditación. Cuando conectamos con nuestro mundo interior pueden aparecer un montón de sensaciones y pensamientos. Con Dharana buscamos una concentración relajada, sin forzar y sin tensiones. Para eso, puedes usar diferentes técnicas como visualizar un objeto, una luz, un color o concentrarte en una palabra o una frase (mantra), por ejemplo.
Dhyana
Es el estado meditativo. Cuando nos entregamos a esa escucha interior y nos convertimos en observadores, sin dejarnos arrastrar por el flujo de pensamientos de nuestra mente. Simplemente, observamos, alejándonos de ellos, mirándolos desde fuera. Este estado no solo tiene que ver con lo que ocurre cuando te sientas a meditar. Es una forma de estar en el mundo, de afrontar tu día a día desde la calma, poniendo esa distancia del que observa.
Samadhi
Según los sutras de Patanjali, el Samadhi es el más alto estado de consciencia al que podemos llegar con la práctica de Yoga. Una meditación profunda que va más allá del cuerpo y del flujo de pensamientos de la mente.
Como ves, Yoga en su origen tiene que ver con una filosofía más amplia, una forma de estar en el mundo más compasiva y empática, que te permita encontrar paz interior y paz con las situaciones que te rodean. En definitiva, que ayuden a sentirte en equilibrio, conocerte mejor y enfocarte en convertirte en tu mejor versión.
Y ahora dinos, ¿cuál de estos 8 pasos del Yoga te llama más la atención?
Rosa. Profesora de Yoga y meditación. Voluntaria en Inspiranza.